viernes, 11 de marzo de 2011
viernes, 19 de noviembre de 2010
jueves, 18 de noviembre de 2010
jueves, 4 de noviembre de 2010
jueves, 7 de octubre de 2010
Bien dicen que en Otoño...
Yo estaba de viaje entre lluvias y el calor veraniego. La playa me coqueteaba y la brisa oleada me despertaba. Días nublados y días con sol y nubes... Yo estaba de viaje.
Al regresar, me encuentro con que el frío me sedujo. La luz se tornó más clara, más tenue. Los colores del mundo se deslavaron y hasta los sonidos externos se tornaron más lejanos. Ahora todo es un murmullo. La gente pasa de manera lenta. Los coches igual de ruidosos, pero más lejos.
El viento está más inquieto. Pero a la vez, más nostálgico. Dan ganas de salir a la montaña, al campo. Aún están verdes mas no llueve. Yo estaba de viaje. Y el otoño me tomó de sorpresa.
Caminar es una delicia. Los "flares" se mueven en mis ojos entre las hojas de los árboles. Todo es más tranquilo... Más lejano por fuera y más hogareño adentro. Y sí, estaba de viaje, pero creo que apenas comienzo. Un viaje interno a fríos de recuerdos líquidos que se manifiestan en árboles de maple o pinos en alturas aún ansiadas.
Quizás de pronto exista una lluvia. Pero ya no es igual que en mi viaje ese, del que te hablo. Es diferente. Las chamarras se desempolvan y dan paso a la piel cubierta de calor entre personas. Antes existía el anhelo hacia la playa y el calor. Hoy es al frío y sus bondades, tales como el acercamiento interno. Lo lejos que pone al ruido y a las masas. Los paisajes cobijados de nieve y la nueva fauna que nos acompaña.
Al regresar, me encuentro con que el frío me sedujo. La luz se tornó más clara, más tenue. Los colores del mundo se deslavaron y hasta los sonidos externos se tornaron más lejanos. Ahora todo es un murmullo. La gente pasa de manera lenta. Los coches igual de ruidosos, pero más lejos.
El viento está más inquieto. Pero a la vez, más nostálgico. Dan ganas de salir a la montaña, al campo. Aún están verdes mas no llueve. Yo estaba de viaje. Y el otoño me tomó de sorpresa.
Caminar es una delicia. Los "flares" se mueven en mis ojos entre las hojas de los árboles. Todo es más tranquilo... Más lejano por fuera y más hogareño adentro. Y sí, estaba de viaje, pero creo que apenas comienzo. Un viaje interno a fríos de recuerdos líquidos que se manifiestan en árboles de maple o pinos en alturas aún ansiadas.
Quizás de pronto exista una lluvia. Pero ya no es igual que en mi viaje ese, del que te hablo. Es diferente. Las chamarras se desempolvan y dan paso a la piel cubierta de calor entre personas. Antes existía el anhelo hacia la playa y el calor. Hoy es al frío y sus bondades, tales como el acercamiento interno. Lo lejos que pone al ruido y a las masas. Los paisajes cobijados de nieve y la nueva fauna que nos acompaña.
miércoles, 4 de agosto de 2010
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